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Dos vasos de vino pueden tener más calorías que una hamburguesa

Diferentes vinos

La Alcohol Health Alliance UK (AHA), que representa a más de 60 organizaciones sanitarias, encargó recientemente a un laboratorio independiente que analizara el contenido de azúcar de 30 botellas de vinos tintos, rosados, blancos, espumosos y de frutas que se venden en el Reino Unido.

El análisis resultante, que aparece en el sitio web de la AHA, reveló una “amplia variación de azúcar y calorías entre los productos”.

El informe señalaba que dos copas de algunos vinos pueden superar la cantidad de azúcar diaria recomendada, pero la mayoría de las etiquetas de alcohol no comparten esta información.

Copa de vino rosado

La supresión de estos detalles puede llevar a los consumidores a ingerir calorías y azúcares adicionales sin saberlo, advierten los expertos en salud.

¿Por qué las directrices de etiquetado son diferentes?

Los alimentos y las bebidas no alcohólicas están sujetos a estrictas normas de etiquetado nutricional. Estas normas hacen que la información sobre calorías y azúcares esté a disposición de los consumidores.

El profesor Sir Ian Gilmore, presidente de la AHA, califica de “absurda” la excepción con el alcohol:

“Esta información no es necesaria cuando se trata del alcohol, un producto que no sólo alimenta la obesidad, sino que tiene daños generalizados para la salud y está relacionado con siete tipos de cáncer”.

Para Alison Douglas, directora ejecutiva de Alcohol Focus Scotland, el etiquetado de las bebidas alcohólicas es “lamentablemente inadecuado, cuando el alcohol se cobra 70 vidas aproximadamente”.

Medical News Today preguntó a Holly Gabriel, RNutr, responsable de nutrición de Action on Sugar en el Reino Unido, sobre este dilema del etiquetado. Gabriel contribuyó al informe de la AHA.

En una entrevista exclusiva, Gabriel comentó:

“Debido a la falta de etiquetado y a la falta de concienciación sobre el contenido de azúcar de las bebidas alcohólicas, los fabricantes están menos vigilados. En el Reino Unido, la industria de las bebidas no alcohólicas tiene un impuesto que excluye por completo las bebidas alcohólicas y los sustitutos del alcohol, como el vino desalcoholizado. Es imposible que los consumidores tomen una decisión informada cuando no tienen la información nutricional completa sobre los ingredientes”.

Gemma Crompton, colaboradora del estudio y responsable de políticas y asuntos públicos de Alcohol Focus Scotland (AFS), también declaró a MNT:

“A diferencia de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, las bebidas alcohólicas sólo deben indicar el volumen y la graduación (en ABV) y los alérgenos comunes.

La información sobre los valores nutricionales -incluidas las calorías y el contenido de azúcar-, los ingredientes o las advertencias sanitarias no es obligatoria y, por tanto, está en gran medida ausente de las etiquetas. En su lugar, el gobierno confía en la acción voluntaria de la industria del alcohol”.

Poco alcohol, más azúcar

Ninguno de los 30 vinos estudiados indicaba el contenido de azúcar en sus etiquetas.

El análisis actual también descubrió que los vinos con más azúcar eran los de menor graduación. A los investigadores de la AHA les preocupa que las personas que eligen el alcohol de menor graduación como una opción más saludable consuman, sin saberlo, más azúcar.

Esto puede aumentar el riesgo de desarrollar una serie de enfermedades crónicas.

MNT preguntó a Crompton si el alto contenido de azúcar en los vinos de menor graduación impulsa el consumo más que el propio alcohol:

“Aunque una bebida dulce puede ser más agradable al paladar para algunos y llevarles a beber más, el consumo de alcohol está impulsado por su bajo precio, su fácil disponibilidad y el alto volumen de comercialización”.

Copas de vino

¿Qué hacer ahora?

La Organización Mundial de la Salud (OMS)Trusted Source responsabiliza a los países de elaborar y aplicar políticas públicas para reducir el consumo y los daños del alcohol.

Recomienda estrategias basadas en la evidencia, como la restricción del acceso al alcohol, la regulación del marketing y las advertencias sanitarias, todo ello promovido por la AHA.

Gabriel animó a los consumidores a comprobar el etiquetado, comparar productos y elegir bebidas con bajo contenido en alcohol y calorías. También sugirió escribir a los fabricantes de bebidas y a los minoristas quejarse del alto contenido de azúcar y de la falta de etiquetado, otra opción es aprovechar los espacios en los restaurantes cercanos a mi ubicación con vino, de esta forma podemos conocer los sabores y cuerpos con solo una copa, sin tener que comprar una botella. 

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