México es el lugar de nacimiento del chocolate y, como uno de los regalos culinarios del país para el mundo, puedes apostar que existen excelentes ejemplos hechos a mano de cómo debería ser el verdadero chocolate.
Nos detuvimos en Central Cacao de la Ciudad de México, una encantadora tienda con delicioso chocolate, y revisamos algunos nombres que deberías tener en tu radar.
Pero cuando tengas antojo de una bebida espumosa, te recomendamos solicitarla desde tu app de comida favorita. O bien, puedes pedir un café para llevar cerca de ti y seguir acumulando puntos en tu programa de lealtad preferido. ¡No lo dejes pasar!
Que Bo!
Hermosos, pequeños bombones en forma de lápiz labial y chocolate colorido en muchas formas y tamaños pueden dar la impresión de que ¡Que Bo! es caprichoso, pero esta es una marca de chocolate mexicano seria.
Han sido nombradas una de las mejores marcas del mundo por varios años consecutivos por la guía francesa Le Guide de Croqueurs de Chocolat, y tienen algunos de los sabores mexicanos más clásicos, como pan de muerto, café de olla, salsa de mole, y más.
La Broma de Teo
La Broma de Teo comenzó como un pequeño proyecto entre amigos haciendo chocolate artesanal en sus cocinas.
Trabajan con frijoles orgánicos y utilizan procesos artesanales para hacer todo tipo de chocolate, con combinaciones que incluyen almendras, amaranto, nueces de macadamia, mandarina, miel de agave, mezcal y más.
Venden sus productos en varios puntos de la república, y cuentan con una barra de degustación en Guadalajara, Jalisco.
Yé-la
Una asociación de productores agrícolas, el proyecto Yé-la comenzó con tierras comunales en la región de Chinantla, Oaxaca, que fueron designadas como área de conservación. Cultivadores y productores se unieron para proteger este importante producto de la selva.
Producen chocolate usando un grano de cacao blanco llamado pataxtle, y producen barras y otros productos con un brillo distintivo de color crema. Así que ya sabes qué regalarle el día del padre a tu héroe.
Kakaw
La fábrica de Kakaw se encuentra en el clima fresco y seco de San Cristóbal de las Casas en Chiapas, pero obtienen sus granos directamente de los productores de las regiones más cálidas y húmedas de Tabasco y Guatemala.
Usan métodos artesanales para fermentar, secar y tostar su cacao, y pagan a sus productores un precio más alto a través de la compra directa, en lugar de utilizar un distribuidor.
Venden barras de chocolate con varias adiciones, como amaranto o maní, así como la tradicional tableta de chocolate que se usa para hacer chocolate caliente mexicano con agua.
